Hace pocos días perdimos a un gran cocinero, Santi Santamaría. Mi padre y él tenían muchas cosas en común, entre ellas, su admiración por Girardet, y su vocación de servicio al cliente. Decía Santamaría en una última entrevista... "Que la restauración es un acto hacia los demas, y este ámbito de contribución personal y cultural es un valor añadido muy alto,..." mi padre tenía esta sensibilidad hacia su oficio de cocinero, totalmente vocacional y en dónde dar de comer era una gran responsabilidad diaria. El solía utilizar la palabra "cariño" para el trato con el cliente "tratar la mesa con cariño,por favor, hablar con ellos,..." es con lo que la gente se queda en la memoría, ese trato amable y encantador en el que Eustaquio era único.
Eustaquio Blanco nos enseñó a todos los que tuvimos la suerte de trabajar, convivir con él que hacer lo que a uno le gusta es lo más importante, que tu trabajo sea vocacional, esto te permitirá realizarte cómo profesional y cómo persona.
Un abrazo a estos dos artistas que nos enseñaron tanto
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