INGREDIENTES:


1/4 de tradición de la mejor cocina regional
1/4 de buena materia prima
1/4 de innovación y creatividad
1/4 de cariño

lunes, 4 de febrero de 2013

VIAJE GASTRONÓMICO A MONROY

Foto:Yolanda Blanco, iglesia de Monroy

Foto:Yolanda Blanco, paisaje de Monroy

Foto:Yolanda Blanco, María Teresa Martín

Foto. Yolanda Blanco, flan de manzana

Foto: Yolanda Blanco, tarta de queso




Ir de la mano de amigos a visitar algún  sitio siempre es maravilloso, asi que Carmen  Gómez, Carmina para los del pueblo, me enseñó Monroy con ese cariño y afecto que tienen todos los que saben ver el corazón de las personas y de las cosas. Paseamos por calles, andamos por varios caminos y comimos de lujo en "La bodega del Herrador" dónde  María Teresa atiende con cariño a toda su  clientela que por allí van a darse un buen homenaje gastronómico. Con sus gafas divertidas y un espíritu de mujer luchadora, lleva en los fogones haciendo "platos sencillos" muchos años ya. Dice que lo que más le gusta hacer es repostería y que disfruta cuando le encargan sus tartas, sus magdalenas,... todas realizadas con productos naturales bien trabajados. 

Comimos Carmen y yo muy bien y por supuesto, no nos resistimos a los postres de Teresa: la tarta de queso y un flan de manzana dignos de un rey. Hablamos de gastronomía, de su boda en lo que era "La Rosa" un lugar dónde mi padre y sus hermanos daban bodas de las de antes, con doscientos o trescientos invitados, un lugar con un patio lleno de rosas del que tengo yo muchos recuerdos de mi infancia. No me puedo olvidar de mi padre haciendo croquetas para las entradas. Allí estsaba en una mesa de tres metros de larga en dónde cortaba a toda velocidad cientos de pequeños trozos de masa que luego se convertirían en cientos de croquetas. Esa "boa" de masa de croquetas no tenía fin y casi sin mirar el afilado cuchillo, las cortaba mientras hablaba con el resto del equipo dándo órdenes para organizar la cocina. Yo que era muy pequeña lo veía desde abajo alucinada con tanta destreza y disposición.¡qué recuerdos!

Volvía a Cáceres al atardecer, en ese momento en el que el cielo es ya rojizo rabioso, azul oscuro, casi negro,...y mientras llegaba a la ciudad pensaba en lo bueno que es viajar, en lo generosas que son las personas de los pueblos, entrañables y auténticas, llenas de humildad y abiertas a compartir con un extraño un sueño, un anhelo.
No puedo por menos que dar las gracias a Carmen por un domingo entrañable y a Teresa por recordarme esa imagen de mi padre.

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